¡Hola a todos! Soy una psicóloga especializada en diabetes y me complace presentaros el tema de hoy: Compulsión.
Cuando decimos Compulsión, nos referimos a un trastorno de ansiedad caracterizado por la presencia de pensamientos o impulsos recurrentes e incontrolables (obsesiones) y conductas repetitivas (compulsiones) que una persona siente la necesidad de realizar para aliviar la ansiedad causada por las obsesiones.
Aunque las compulsiones pueden variar ampliamente, algunas comunes incluyen el:
- Lavado de manos
- Conteo
- Verificación
- Ordenamiento excesivo
- Dificultades para controlar el consumo de alimentos
Las compulsiones suelen ser ineficaces para aliviar la ansiedad y, a menudo, causan problemas adicionales en la vida cotidiana de la persona.
En este post, exploraremos los síntomas, causas y tratamientos de la Compulsión, así como las estrategias para manejarla de manera efectiva.
Espero que encontréis algo útil para vuestra propia situación o la de vuestros seres queridos. ¡Adelante!
Definición de Compulsión
La Compulsión se refiere a la actividad psicológica patológica y obsesiva que hace que una persona sienta que debe ejecutar una acción o comportamiento específico.
Estos comportamientos son, generalmente, repetitivos. La persona siente un impulso persistente de llevarlos a cabo aún cuando no quiera hacerlo.
Esto puede ser desencadenado por un estímulo externo o interno, como el deseo de controlar el entorno, reducir el malestar o evitar algo malo.
Las compulsiones atrapan a la persona en un ciclo de pensamientos y acciones rutinarias que interfieren con su vida diaria.
Los trastornos obsesivo-compulsivos (TOC) son una clase de trastorno psiquiátrico en el que las compulsiones juegan un papel importante.
¿Cuáles son los principales factores que contribuyen a la Compulsión?
El comportamiento compulsivo da a los pacientes la sensación de controlar sus preocupaciones y ansiedades.
Sin embargo, es importante determinar cuáles son los principales factores que contribuyen a este comportamiento, para poder implementar estrategias terapéuticas que permitan la reducción o eliminación del mismo.
Factores biológicos
En primer lugar, existen varios aspectos biológicos que contribuyen a la compulsión.
Estudios recientes han demostrado una conexión entre algunos neurotransmisores y el desarrollo y persistencia del comportamiento obsesivo-compulsivo (OCD).
Por ejemplo, las concentraciones insuficientes de serotonina se han asociado con un riesgo mayor de OCD y también se ha relacionado con aumentos en el nivel de estrés y ansiedad experimentados por los sujetos.
Además de esta deficiencia en los neurotransmisores, otros factores genéticos también han sido involucrados como contribuyentes al desarrollo del comportamiento compulsivo.
Factores psicológicos
En segundo lugar, hay ciertas variables psicológicas que también desempeñan un papel importante en este trastorno mental.
Por ejemplo, el malhumor general o la tendencia a ver situaciones complejas como negativas o amenazantes; todos estos factores potencian los sentimientos excesivos de ira, destruyendo gradualmente la capacidad del individuo para afrontar situaciones complicadas sin temor ni inseguridades exageradas.
Asimismo, un excesivo apego a reglas inflexibles, enfocadas en evitar posibles errores ha sido identificado como un factor relevante para el desarrollo del OCD en algunas personas.
Factores Ambientales
Finalmente, hay factores ambientales significativos relacionados con el comportamiento compulsivo.
Un entorno familiar inhibido o sobreprotector, por parte de padres excesivamente críticos pueden contribuir al desarrollo de conductas obsesivas-compulsivas, mediante la creación de sentimientos profundamente arraigados de ansiedad e inseguridad con respecto al cumplimiento de normas socialmente impuestas.
Otro factor importante es la influencia externa que proveen los medios de comunicación, como los programas televisivos y las redes sociales.
Estos presentan siempre los valores idealizados con respecto al sentido de la vida y a la apariencia física de los individuos. Tener que lograr permanentemente estos objetivos puede generar un sentido de frustración que provoca un comportamiento compulsivo como una manera de enfrentar situaciones complejas del modo más «seguro».
En resumen, existen diversas variables biológicas, psicológicas y ambientales inherentemente implicadas en el desarrollo del comportamiento obsesivo-compulsivo (OCD).
Al comprender cada una por separado, es muchísimo más fácil encontrar estrategias útiles para reducir este problema generalizado.
A través de tratamientos terapéuticos adecuados, implementados con estrictas normas éticas profesionales, podremos ayudar exitosa y satisfactoriamente a nuestros pacientes, superando su compulsionada forma obsesiva-compulsiva.
¿Cómo se puede identificar un comportamiento Compulsivo?
Como psicólogo, cada día me ocupo de ayudar a mis pacientes a identificar y tratar los comportamientos compulsivos.
El comportamiento compulsivo es una conducta repetitiva que está regulada por reglas rígidas, llevadas a cabo con el objetivo de controlar o evitar algo desagradable o temido.
Es importante destacar que un comportamiento compulsivo no se basa en la satisfacción ni en el placer.
Entender cómo se puede identificar un comportamiento compulsivo es fundamental para poder ayudar eficazmente a aquellas personas que presenten este tipo de problema.
Para detectar si alguna conducta presentada por un paciente proviene realmente de un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), es necesario que los profesionales examinemos las características del mismo.
En primer lugar, vale la pena mencionar que los comportamientos compulsivos tienen dos aspectos claves:
- La presencia obsesiva
- La presencia compulsiva
Presencia obsesiva
La presencia obsesiva hace referencia a los pensamientos recurrentes negativos, intrusivos e irracionales.
Presencia compulsiva
Por su parte, la presencia compulsiva corresponde a las acciones ritualizadas para contrarrestar esos pensamientos negativos.
Estas acciones suelen incluir hacer limpieza excesiva u ordenarse repetidamente.
Por otra parte, hay algunos síntomas comunes asociados con el TOC. Si bien los síntomas varían dependiendo del individuo, generalmente aparecen tres categorías principales:
- Preocupación sin motivo aparente (por ejemplo ansiedad significativa)
- Pensamientos recurrentes sobre temas particulares
- Comportamientos relacionados con la repetición y/u organización (por ejemplo lavado de manos excesivo)
Además, es común observar:
- Pensamientos religiosos recurrentes
- Temor intenso y constante a situaciones sociales
- Interrupción en el plan de vida diario
- Falta de consciencia sobre el propio comportamiento
- Sentimientos persistentes de culpa
De esta forma, lograr identificar correctamente si alguien presenta un trastorno obsesivo-compulsivo, supone examinar cuidadosamente su patrón conductual para evaluar sus características principales, así como sus síntomas más comunes.
Además de ser consciente de los diversos factores ambientales implicados para determinar si existen algunas influencias extrañas en su personalidad.
Con base en estudios anteriores, se ha demostrado que factores tales como condicionado cultural y eventos traumáticos previos, son capaces de producir comportamientos conductuales persistentes y repetitivos en individuos.
¿Qué tratamientos psicológicos existen para tratar la Compulsión?
Esta enfermedad afecta de forma significativa la vida de quien la padece. Por tal motivo, es importante entender todas las opciones terapéuticas que tenemos a nuestro alcance para afrontar esta condición.
El objetivo fundamental para tratar la Compulsión es dirigir el pensamiento y el comportamiento hacia respuestas de adaptación más funcionales y positivas.
Existen diferentes tipos de terapia que ayudan a lograr este fin:
Terapia Cognitivo Conductual
Se ha utilizado con éxito como técnica de primera línea para tratar la Compulsión. Esta terapia se centra en el control del pensamiento sobre las creencias erróneas, relacionadas con los temores exagerados y las preocupaciones irracionales que llevan a un comportamiento compulsivo.
El terapeuta ayuda al paciente a aprender herramientas cognitivas y conductuales para reducir o eliminar los pensamientos obsesivos y prevenir la realización del comportamiento dependiendo del diagnostico.
Los resultados de estudios clínicos muestran un mayor grado de satisfacción con el tratamiento, cuando se combinan tales herramientas con otros antidepresivos farmacológicos.
Terapia Dialéctico-Conductual
Esta es otra técnica eficaz que se utiliza actualmente en el tratamiento de la Compulsión.
Está diseñada para ayudar a los pacientes a identificar sus emociones más profundas, así como sus opiniones personales, opiniones socialmente construidas u opiniones colectivas acerca de su situación particular.
Proporciona habilidades específicas que les permiten controlar su estado mental, mejorar su capacidad de autoregulación y manejar los conflictos internos, sin utilizar mecanismos destructivos como son los comportamientos compulsivos, relacionados al temor o la ansiedad.
Terapia Multimodal
Otra técnica útil para el tratamiento de la Compulsión es llamada Terapia Multimodal (MTP), una variante moderna desarrollada por Fred Frankel en 1975.
Este tipo de terapia utiliza múltiples modalidades para abordar problemas emocionales complejos; incluyendo disciplinas conductualistas, cognitivistas y fisiológicas, entre ellas:
- Entrenamiento respiratorio
- Ejercicio/aerobics
- Relajación muscular
Entre otros elementos, de manera conjunta, lo que fortalece la posibilidad del éxito terapéutico.
Finalmente, hay varias técnicas conductuales alternativas, como el Entrenamiento Biofeedback individualizado, una técnica de autocontrol que permite a los pacientes monitorizar sus propios procesos fisiológicos y aprender a controlarlos de manera consciente.
Esto se logra a través de la monitorización de señales corporales, como la temperatura de la piel, el ritmo cardíaco o la presión arterial.
El Entrenamiento Biofeedback se utiliza para tratar una variedad de trastornos físicos y emocionales, como el dolor crónico, la ansiedad, la compulsión, la presión arterial alta y la epilepsia.
¿Cuáles son los beneficios de la terapia de comportamiento cognitivo para el tratamiento de la Compulsión?
La Terapia de Comportamiento Cognitivo para el Tratamiento de la Compulsión (TCC), es una forma de terapia psicológica que ayuda a los pacientes a manejar sus comportamientos compulsivos positivamente, a través de un proceso consciente.
La TCC combina las técnicas cognitivas con el reconocimiento de emociones para trabajar con los problemas del comportamiento humano. Al practicar la TCC para tratar la compulsión, hay beneficios obvios que se observan en el paciente.
Tomar control del comportamiento
En primer lugar, el principal beneficio de la terapia conductual cognitiva es su capacidad para modificar el comportamiento y ayudar al paciente a tomar control de éste.
Cambiar patrones de conducta negativos
Una vez aprendidas las habilidades necesarias en relación con el control de emociones y pensamientos, es más probable que un individuo cambie sus patrones conductuales negativos involuntarios por otros más adecuados.
Es una herramienta para enfrentar situaciones difíciles
Con la práctica, estas habilidades pueden transformarse en herramientas comunes utilizadas por los pacientes, cuando se enfrentan a situaciones difíciles. En este sentido, la TCC puede ayudar realmente a un paciente que sufre de compulsión para administrar sus pensamientos y sentimientos relacionados con su condición.
Desarrollar autoconocimiento
Otro beneficio importante es el desarrollo del autoconocimiento a nivel consciente e inconsciente, durante el proceso terapéutico.
El progreso hacia aquellos aspectos ocultos e influyentes en nuestras vidas, implica saber cómo nos sentimos conscientemente sobre lo que está causando nuestras compulsiones y cómo está interactuando con factores externos para reforzarlas o debilitarlas.
Al discutir ideas preconcebidas acerca de sí mismo, del medio ambiente inmediato y del mundo exterior en general, un individuo aprende mucho acerca de sí mismo, más allá del diagnóstico, simplemente identificando defectos personales y negatividad generalizada.
Crecimiento personal
El tercer beneficio destacable es que durante este proceso terapéutico se fomenta un sentido reforzado de conciencia emocional. Esta atmosfera facilitada por ATC permite descubrir nuevas direcciones e insight personales hacia un crecimiento personal.
¿Cómo la terapia puede ayudar a los individuos a superar la compulsión?
El comportamiento compulsivo puede tener muchas formas diferentes, desde hacer la misma acción varias veces, hasta el uso excesivo y pertinaz de drogas no recetadas.
Estas conductas compulsivas están fuertemente arraigadas en la persona y se resisten al cambio. La terapia psicológica es una herramienta clave para ayudar a las personas a superar la compulsión y mejorar sus niveles de beneficio.
Proporciona apoyo emocional
En primer lugar, la terapia puede ayudar a los individuos con compulsiones proporcionando apoyo emocional.
A través del vínculo terapéutico, el terapeuta escucha atentamente para entender mejor los problemas que el paciente está enfrentando. Esto permite al paciente sentirse respetado y validado sin juicio, algo muchas veces faltante en otros ámbitos de su vida, debido a su reputación por experimentar comportamientos compulsivos negativos.
Esto les da la oportunidad de expresarse libremente sin sentirse juzgados por sus acciones pasadas o presentes. Cuando un individuo siente que su terapeuta realmente entiende lo que está pasando en su vida, recibe un gran impulso para salir adelante con éxito.
Ayuda a descubrir las causas detrás del comportamiento compulsivo
Además, un terapeuta también les ayuda a descubrir las causas subyacentes detrás de sus comportamientos compulsivos.
Al profundizar en el patrón general subyacente detrás del comportamiento compulsivo del individuo, tanto el terapeuta como el paciente pueden trabajar juntos para identificar qué factores motivaron inicialmente sus conductas negativas y qué tipo de pensamientos mantienen activamente dicha conducta dentro del sistema mental del individuo.
Una vez que se hayan identificado las causas raíz del problema, el terapeuta entonces puede comenzar a introducir tácticas innovadoras, dirigidas hacia estos temores e impulsos subyacentes.
Aporta herramientas para controlar las compulsiones
Finalmente, la terapia también ofrece herramientas específicas diseñadas para ayudar a los individuos a controlar y/o superar sus compulsiones. Un buen ejemplo aquí es la Rehabilitación Cognitiva-Conductual (CBT).
El objetivo principal de CBT es educar al paciente sobre cómo detectar patrones repetitivos, relacionados con el comportamiento compulsivo antes, así como identificarlos más rápidamente.
Además, CBT busca proveerle al paciente herramientas concretas tales como Reafirmación Positiva Auto Motivacional (APMA), habilidades sociales basadas en la evidencia y Relajación Muscular Progresiva (PMR).
Estas herramientas fueron diseñadas para ayudar al paciente aprender cómo romper los patrones errantes y evitar regresar a los comportamientos personales insanos.
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Como Diferenciar las Obsesiones de las Compulsiones
Compulsión: Resumen
- La Compulsión se define como una conducta repetitiva y excesiva que no puede ser controlada por la persona, sino que es motivada por un deseo o necesidad interna.
- Las compulsiones suelen estar relacionadas con el miedo a algún tipo de peligro o situación incontrolable e intentan prevenir este riesgo imaginario.
- Las compulsiones son diferentes para cada individuo, ya que dependen en gran medida de sus creencias, experiencias y personalidad. Sin embargo, hay patrones generales que aparecen en muchos casos similares de Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC).
- Los principales tratamientos para combatir las compulsiones incluyen Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) y medicación farmacológica adecuada, administradas por profesionales calificados; así como también prácticas dirigidas al autocontrol del comportamiento compulsivo.
- El objetivo final del tratamiento es ayudar a la persona a vivir libremente, sin los pensamientos negativos, ni acciones compulsivas que puedan interferir en su actividad diaria y/u otros ámbitos importantes de su vida.