¡Hola a todos! Estoy muy contenta de compartir con vosotros sobre los terrores nocturnos, un trastorno del sueño que puede afectar a personas de todas las edades.
Aunque la mayoría de nosotros hemos experimentado algún tipo de pesadilla, esta condición, especialmente desagradable, se caracteriza por un tono emocional extremo e, incluso, físicamente doloroso que se relaciona con la ansiedad y el malestar mental general.
Si bien es más común en niños pequeños, los terrores nocturnos también pueden afectar a adultos jóvenes y mayores. Esta afección puede ser muy perturbadora para los padres y los niños, ya que a menudo se caracteriza por gritos y movimientos bruscos que ocurren durante la noche.
Durante un terror nocturno, la persona experimenta una sensación de miedo extremo y puede gritar, llorar, sudar y agitarse en la cama.
A pesar de que los terrores nocturnos son a menudo aterradores, estos son temporales y generalmente no tienen un efecto negativo a largo plazo en la salud física o mental de la persona.
En este post, vamos a explorar qué son exactamente los terrores nocturnos, haremos un recorrido por esta condición, discutiendo sus síntomas, posibles causas y tratamientos.
Espero que después de leer esta entrada, sientas que tienes un mejor entendimiento de los terrores nocturnos y cómo puede ayudar a quien los padece a manejar esta afección.
Definición de Terrores nocturnos
Los terrores nocturnos son un tipo de trastorno del sueño que se caracteriza por el repentino aumento del miedo en la noche.
Esto suele ocurrir durante la etapa más profunda del sueño, llamada sueño REM, cuando el cuerpo se relaja. Estas experiencias, difíciles de explicar, ocurren cuando la persona se despierta repentinamente, a menudo gritando o temblando, y puede ser difícil de despertar.
Los terrores nocturnos son a menudo acompañados por una sensación de:
- Miedo
- Ansiedad
- Pánico
- Desorientación
- Confusión
Esta respuesta excesiva a la ansiedad puede verse como el deseo inconsciente de alejarse del objeto de su temor, ya sea real o imaginario.
Los episodios de terrores nocturnos generalmente duran entre 30 segundos y 10 minutos, pero a veces pueden durar hasta una hora.
Durante un episodio de terror nocturno, una persona puede:
- Gritar
- Respirar con dificultad
- Despertar bruscamente
- Tener movimientos involuntarios
- Sentir un miedo intenso
- Tener alucinaciones visuales o auditivas
A menudo, la persona no recordará nada al despertarse y no querrá ser consolado. Estos episodios pueden ser muy desconcertantes tanto para la persona que los experimenta como para su entorno.
Aunque los terrores nocturnos son más comunes en niños, también pueden afectar a los adultos. Por suerte, en el caso de los niños, esta fase generalmente se supera por sí sola con la edad.
En el caso de los adultos, estos episodios generalmente también desaparecen con el tiempo, pero pueden volver si se desencadena un estado de ansiedad o estrés.
Si los terrores nocturnos son frecuentes y se sospecha que están relacionados con el estrés o la ansiedad, y están afectando la calidad de vida de una persona o su capacidad para funcionar en su día a día, se recomienda consultar a un profesional de la salud mental para obtener tratamiento.
¿Cuáles son las principales causas de los terrores nocturnos?
En la Psicología, los trastornos del sueño son una clase de afecciones que pueden causar problemas para una persona durante el proceso de somnolencia o de descanso.
El terror nocturno es una manifestación particularmente inusual y desagradable de estos trastornos del sueño; se caracteriza por un despertar repentino, acompañado por sentimientos intensos de ansiedad y desorientación.
Aunque no existe ninguna causa única para los terrores nocturnos, hay algunas explicaciones potenciales para esta difícil afección.
Alteraciones en el patrón del sueño
Un factor significativo relacionado con los terrores nocturnos son las alteraciones en el patrón del sueño REM.
Durante este estado de sueño profundo e intenso, los músculos se relajan tanto que muchas veces la persona ni siquiera se despierta cuando comienza a hablar o se agita en la cama.
Esto sucede comúnmente con niños pequeños, pero un pasatiempo persistente puede convertirse en un trastorno crónico del sueño, si persiste durante la edad adulta.
Factores emocionales y ambientales
Los terrores nocturnos también están extensamente ligados a factores emocionales y ambientales. Si una persona experimenta un nivel exagerado de estrés durante el día, es probable que sufra un episodio cuando llegue la hora de acostarse.
También pueden estar influenciados por situaciones traumáticas pasadas o presentes. Las experiencias vividas recientemente pueden alimentar los terrores nocturnos, si cultivan ansiedad hasta alturas exorbitantes; lo mismo sucedería si hay cambios importantes en el entorno circundante (como mudarse a otra casa).
Este tipo de ansiedad es propensa a producir un despertar repentino, junto con otros síntomas asociados al terror nocturno.
Sustancias químicas
Además, determinadas sustancias químicas presentes en el cuerpo humano, también pueden contribuir a los terrores nocturnos.
Por ejemplo, cuando hay bajones drásticos en los niveles circadianos (conocidos comúnmente como ‘siestas’) o fluctuaciones inexplicables en la cantidad de adrenalina circulante, es posible que aparezcan episodios recurrentes.
Estas alteraciones químicas corporales suelen ser provocadas por dietas poco saludables o deterioro, condicionamiento físico deficiente.
Sin embargo, también existen casos en las que la causa es mucho más profunda y compleja, desde el punto de vista bioquímico-fisiológico.
En resumen, los terrores nocturnos son un trastorno del sueño que puede ser causado por una variedad de factores, incluyendo:
- Ansiedad
- Estrés
- Depresión
- Cambios en el sueño o el horario
- Consumo de alcohol o sustancias
- Enfermedades médicas subyacentes
- Alteraciones del sueño, como el apnea del sueño
- Reacción a ciertos medicamentos
- Infecciones
- Trauma
También pueden ser hereditarios y ser más comunes en personas con antecedentes familiares de trastornos del sueño. Otros factores que se cree que pueden contribuir a los terrores nocturnos incluyen el desarrollo del cerebro y la genética.
Es importante consultar a un profesional de la salud mental si se experimentan terrores nocturnos para determinar la causa subyacente y recibir el tratamiento adecuado.
¿Cuáles son los tratamientos más comunes para los terrores nocturnos?
Si bien hay varios tratamientos que pueden ayudar a controlar y aliviar los terrores nocturnos, es importante entender qué es exactamente lo que está causando el problema.
Los terrores nocturnos son un tipo de trastorno de ansiedad que causa escalofríos, aceleración cardíaca y miedo intenso durante la noche.
Esto se conoce comúnmente como «regresión infantil» o «temor inexplicado». Aunque los terrores nocturnos, por lo general, desaparecen durante la adolescencia, algunas personas adultas siguen experimentándolos.
Los trastornos del sueño deben ser diagnosticados antes de abordar otras soluciones para los ataques de pánico nocturno.
Mientras tanto, hay varias técnicas de relajación y medicamentos recetados disponibles para ayudar a calmar los síntomas. Algunos tratamientos incluyen:
- Terapia Cognitivo-Conductual para enfocarse en pensamientos positivos y conductas saludables.
- Medicación que disminuya el ánimo y reduzca los niveles de ansiedad.
- Ejercicio moderado.
- Suplementos dietéticos naturales.
- Visualización guiada.
- Acupuntura y otros remedios alternativos.
La mayoría de estas terapias se utilizan en combinación con medicamentos recetados para obtener el mejor resultado posible.
También es importante comprender los factores ambientales que pueden contribuir al desarrollo o al empeoramiento de los episodios terroríficos nocturnos.
Por ejemplo, si existe una interrupción constante del sueño debido a factores externos como el ruido o la luz, esta condición puede predisponer a las personas a desencadenantes para un episodio terrorífico nocturno.
El abuso pasado o el estrés actual también pueden contribuir al desarrollo de este trastorno del sueño.
Establecer:
- Patrones regulares de horarios para acostarse y levantarse
- Limitar la ingesta de cafeína
- Participar en actividades físicamente activas durante el día
Puede ayudar a disminuir la frecuencia con la que una persona experimenta ataques terroríficos nocturnos.
Además, hablar con un médico o un profesional acerca del uso adecuado de antidepresivos recetados, también puede ser útil, si existe un historial clínico pertinente.
Las benzodiacepinas también se han usado comúnmente para ayudar a reducir el riesgo de experimentar terrores nocturnos por parte del paciente, durante períodos prolongados, sin resultados adversarios significativamente graves u otros efectos secundarios indeseables.
Siempre es importante consultar primero con un psiquiatra antes de tomar cualquier decisión sobre la posible administración farmacéutica del tratamiento, ya que cada persona responderá diferentemente ante distintas medicaciones recetadas.
¿Cómo pueden los padres tratar los terrores nocturnos en sus hijos?
En mi experiencia como psicólogo, he tratado a muchos niños que sufren terrores nocturnos. Esta condición es un trastorno del sueño que se caracteriza por episodios recurrentes de gritos y movimientos corporales desorganizados durante el sueño profundo.
Los padres pueden sentirse frustrados al observar al niño en estado de terror sin saber cómo ayudar. Conozco varias estrategias para apoyar a los niños con terrores nocturnos y, por lo tanto, asistirles en el camino hacia un descanso tranquilo.
Comprender que no es un mal comportamiento del niño
En primer lugar, es importante comprender que esta condición no es una falta de disciplina o la manifestación de mal comportamiento por parte del niño.
Estas reacciones son normales para los niños pequeños y probablemente siempre habrá situaciones estresantes con las que el niño tendrá que lidiar a medida que crece.
Ofrecer un entorno seguro
Lo más importante es asegurarse de que el entorno sea seguro para el niño durante el episodio.
Mantener un tono calmado y tranquilizador le ayudará a tranquilizarse más rápidamente después de cada época de terror.
Si bien puede ser difícil permanecer concentrado en situaciones tan difíciles e incómodas, es vital recordar la importancia del apoyo emocional para la salud mental general del niño.
Realizar cambios en los horarios para dormir
Además, se recomienda realizar cambios en los horarios de sueño para lograr patrones regulares tanto durante la semana como los fines de semana.
Establecer rutinas diarias antes de acostarse (como bañarse, contar historias o escuchar música relajante) facilita la relajación y prepara al cerebro para pasar a un estado profundo de sueño saludable.
Medidas complementarias
Por último, hay varias medidas complementarias que los padres pueden tomar para reducir el número y la gravedad de los terrores nocturnos comunes.
Por ejemplo: evitar despertar al niño cuando orina en su cama o cuando tiene pesadillas e incluso limitando la ingesta temprana y tardía (después del anochecer)de estimulantes tales como café o refrescos con cafeína.
Aunque tratar este trastorno del sueño presenta desafíos significativos para toda la familia involucrada, es posible lograr resultados positivos, si todos cooperan entre sí regularmente y siguen un plan integral dirigido por un experto en salud mental calificado .
¿Cómo influyen los terrores nocturnos en el desarrollo emocional de los niños?
Soy un experta en Psicología y mi trabajo consiste en abordar temas relacionados con el desarrollo emocional de los niños. Por tanto, uno de los temas que me preocupan es el efecto que los terrores nocturnos tienen en este desarrollo. Esta clase de problema puede provocar gran ansiedad, angustia y otros síntomas físicos a los niños pequeños.
En consecuencia, resulta importante entenderlo mejor para poder prevenir y tratar esta situación de la forma adecuada y lograr ayudar a los niños a lidiar con estas emociones invalidantes.
Para empezar, es importante destacar que se consideran terrores nocturnos episodios donde el niño despierta gritando o llorando sin motivo aparente algunas veces durante la noche. Esto suele suceder de repente, generalmente varias horas después de haber iniciado el sueño profundo del individuo.
Algunos niños salen corriendo hacia sus padres mientras tienen la sensación de tener una horrible presencia cercana o incluso que alguien les ataque, lo cual les produce terror y shock emocional intenso. Una vez despertados, suelen sentirse disorientados e incapaces de explicar lo que pasó; incluso suelen recordar la experiencia aunque no necesariamente sepan por qué pasó.
Cuando un niño tiene terrores nocturnos frecuentes pueden sentirse desprotegidos e indefensos y perder confianza en si mismos, ya que constantemente deben depender de sus padres para volver a sentirse seguros luego del episodio traumático vivido.
Los terrores nocturnos pueden tener un impacto significativo en el desarrollo emocional de los niños. Al experimentar un terror nocturno, los niños pueden sentir miedo, ansiedad y confusión, lo que puede afectar su autoconfianza y su capacidad para dormir por la noche.
Esto puede provocar una interrupción en el sueño y la rutina diaria, lo que puede generar cansancio, irritabilidad y dificultad para concentrarse en el colegio y en otras actividades diarias.
Además, los terrores nocturnos pueden afectar la relación del niño con sus padres y otros cuidadores, ya que los adultos pueden sentir impotencia y frustración al no poder calmar al niño durante un episodio.
También pueden experimentar ansiedad y preocupación por el bienestar del niño y su capacidad para descansar y desarrollarse adecuadamente.
Los terrores nocturnos pueden tener un gran impacto en el desarrollo emocional de los niños. Esto puede afectar la seguridad emocional del niño, al tener que lidiar con una situación tan aterradora.
Los niños también pueden experimentar sentimientos de vergüenza o culpa, ya que es difícil explicar lo que ha sucedido.
En resumen, los terrores nocturnos pueden tener un impacto significativo en el desarrollo emocional de los niños y en su calidad de vida diaria.
Si un niño experimenta terrores nocturnos con frecuencia, es importante buscar ayuda profesional para ayudarle a afrontar sus miedos y construir su confianza y seguridad emocional.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo para desarrollar terrores nocturnos?
En estos días como psicólogo, he recibido varias preguntas alrededor de los terrores nocturnos y sus causas. Cada caso es único, pero hay factores de riesgo bien establecidos que contribuyen a desarrollar este trastorno del sueño.
Los principales factores de riesgo para desarrollar terrores nocturnos incluyen una:
- Historia genética familiar
- Ciertos medicamentos o sustancias
- Alteraciones fisiológicas en el sistema nervioso central
- Trastornos de ansiedad o depresión
- Condiciones médicas como la apnea del sueño
Historia genética familiar
El trastorno del terror nocturno se considera un trastorno del sueño relacionado con la herencia genética.
Estudios indican que sufre un riesgo cinco veces mayor de desarrollar este trastorno si alguien en la familia inmediata también lo presenta.
Ciertos medicamentos o sustancias
Además, hay evidencia de que el consumo regular de alcohol, drogas o algunos medicamentos puede provocar terrores nocturnos.
Esto se explica principalmente, ya que pueden afectar la función cerebral y cambiar los patrones normales del sueño-vigilia.
La ingesta excesiva también interrumpe el procesamiento normal del cerebro durante las fases profundas del sueño, donde generalmente se producen los terrores nocturnos y otros episodios similares.
Alteraciones fisiológicas en el sistema nervioso central
Además de los factores ambientales mencionados anteriormente, existen factores internos subyacentes que contribuyen al desarrollo de terrores nocturnos.
Generalmente, hay alteraciones fisiológicas en el sistema nervioso central relacionadas con el inicio y mantenimiento del terror nocturno.
Estas anomalías fisiológicas interactúan con distintos mecanismos biológicos para alterar los patrones habituales de vigilia-sueño.
Trastornos de ansiedad o depresión
Por otro lado, algunas investigaciones han demostrado que pacientes con trastornos psiquiátricos comunes tales como ansiedad o depresión, tienen mayor probabilidad de presentar terrores nocturnos, en comparación con personas sin tal diagnostico psiquiátrico.
Condiciones médicas
Finalmente, las condiciones médicas específicas como apnea del sueño, también se han relacionado con el terror nocturno en adultos, cuando coexiste con episodios recurrentes de despertares bruscos e involuntarios durante la noche.
En conclusión, mientras que cada caso de terror nocturno es único por definición, hay una secuencia de constantes causas y factores de riesgo que están clara y ampliamente documentadas. Entre estos se incluye tanto factores externos como aquellos subyacentes que implican alteraciones fisiológicas y mecanismos emocionales y anímicos en el paciente empleando la vía diagnostico e historia clínica.
Es importante entender estas causas potenciales con sus respectivos patrones de interacción para que el tratamiento pueda ser lo mas apropiado para cada caso en particular.
Terrores nocturnos: Resumen
- Son episodios de miedo intenso que se producen durante el sueño.
- Puede presentarse a cualquier edad, siendo más frecuente entre los 3 y 5 años de edad.
- La persona no recuerda lo sucedido al despertar por la mañana.
- Los episodios pueden ir acompañados de gritos, llantos o movimientos bruscos del cuerpo así como taquicardia y sudoración excesiva en la madrugada.
- No hay un tratamiento específico para los terrores nocturnos, pero sí estrategias para trabajar con ellas.