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En esta ocasión quiero hablaros sobre Represión en los seres humanos, un concepto clave en la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud y ha sido objeto de estudio en la psicología durante décadas.
Este término se refiere al mecanismo de defensa que utiliza el inconsciente para mantener pensamientos, emociones o impulsos dolorosos o inaceptables fuera de la conciencia consciente.
Aunque puede ser una forma efectiva de proteger al individuo de la angustia emocional, la represión también puede tener efectos negativos en el bienestar mental a largo plazo.
En este post exploraremos en detalle qué es la represión, cómo funciona y cómo puede afectar la vida cotidiana de las personas
Estoy seguro de que este post te ayudará a comprender mejor la represión y a manejarla de manera más eficaz.
Definición de Represión
La represión se refiere a la supresión o el rechazo de deseos, sentimientos, pensamientos, recuerdos, ideas y otros contenidos psíquicos conscientes. Esta técnica defensiva se usa para adaptarse mejor al contexto social. En este proceso, el contenido puede ser alejado inconscientemente del yo consciente.
Esto significa que el contenido no está disponible para la conciencia, pero aún puede influir en un nivel inconsciente en las emociones y pensamientos.
La represión es un mecanismo de protección primario e importante que ocurre en todas las culturas. Sin embargo, si la represión es demasiado extrema o duradera, puede ser perjudicial, ya que muchos aspectos importantes y deseables de la personalidad pueden ser reprimidos o bloqueados.
Esto puede conducir a diversos problemas emocionales como ansiedad, depresión y miedo, además de limitar la creatividad y la capacidad de formar relaciones saludables.
¿Cómo se manifiesta la represión en nuestras vidas?
Estoy consciente de que la represión es una parte inevitable de nuestras vidas. Sin embargo, muchas veces nos encontramos ignorando sus manifestaciones, lo cual puede llevar a consecuencias negativas para nuestra salud mental y emocional.
La represión es el acto por el cual se evitan los pensamientos, sentimientos o comportamientos del presente, con el fin de evitar la ansiedad, los conflictos internos y/o externos. Esto sucede cuando se sienten amenazados en algún aspecto tus valores, ideas o principios éticos.
Algunas de las formas en que puede manifestarse la represión son:
Evasión de emociones
Esta es una forma común en la que los individuos evitan lidiar con sus propias emociones. En lugar de afrontarlas y entenderlas, simplemente deciden ignorarlas.
El resultado final son personas que carecen de profundidad emocional y/o autodescubrimiento.
Carencia de consciencia sobre el Yo
Las personas pueden manifestar represiones al evitar el desarrollo personal, ya sea debido a críticas excesivas o a factores sociopolíticos. Esto puede provocar la creencia por parte del individuo de no ser lo suficientemente bueno/a como para tratar temáticas referentes al autoconocimiento.
Esta sensación está asociada a un bajo estado anímico y falta de confianza en sí mismo/a.
Aislamiento social
Algunas personas se retiran socialmente, la represión interviene para mantenerlos apartados del resto del mundo, por temor al rechazo o al fracaso social.
En este caso, la soledad es inducida por la creencia errónea de que no hay nadie con quien compartir experiencias reales e íntimas. Personas que padecen esta sensación se encuentran desamparadas porque colapsan ante los mecanismos defensivos impidiéndoles acercarse a otros y romper su propio circulo vicioso autoimpuesto.
Trastornos fisiológicos
El estrés postraumático o trauma infantil son dos ejemplos, especialmente con situaciones traumáticas a nivel corporal. Existen personas que sufren represiones silentes que afectan su capacidad para comprender y afrontar sus condiciones mentales y emocionales vividas con anterioridad, por lo que evitan el contacto con la realidad.
Del mismo modo, aunque habitualmente no somos totalmente conscientes de ello, podemos ser represivos en varias partes, somatizando hacia una enfermedad crónica como ansiedad, depresión o cáncer.
¿Cómo la represión afecta nuestras relaciones interpersonales?
La represión es una herramienta dañina a utilizar en el desarrollo de relaciones interpersonales. Esta tendencia de ocultar cosas por motivos personales, disfrazarlas o retenerlas con temor está destinada a corromper el entendimiento y respeto mutuo entre las personas.
En primer lugar, debemos tomar en cuenta que la represión no solo es restringida a los sentimientos humanos, también se encuentran dentro de los comportamientos aprendidos y hábitos surgidos como resultado de diversas experiencias individuales.
La represión involucra el acto consciente de contener la expresión verbal y corporal, sustituyéndola por un silencio cargado de significados.
Esta supresión tiene sus consecuencias sobre las relaciones interpersonales, porque privan al individuo involucrado de sus emociones e ideas, al momento de interactuar con un tercero. Es decir, dificulta la producción del autoconocimiento y mecanismos para un adecuado manejo emocional, frente a situaciones socialmente críticas.
A largo plazo, la represión impide el flujo comunicativo entre individuos, generando conflictos inútiles sin solución satisfactoria para los dos lados implicados. Esto se ve reflejado en situaciones cotidianas, cuando hay diferencias acerca del arte de escuchar atentamente al otro y abarcar distintas opiniones.
La falta de hablar nuestros pensamientos o sentimientos desemboca a un replanteamiento constante sobre lo que realmente quieren decirnos, ya sea verbalmente o en forma no verbal. Ello incrementa significativamente la probabilidad para malinterpretaciones, deteniendo así el progresivo avance relacional entre ambas partes, hasta llegar a la inevitable ruptura definitiva.
¿Cuáles son las principales técnicas de afrontamiento para la represión?
Como psicólogo, una de mis principales tareas es ayudar a las personas a afrontar situaciones difíciles. Esto involucra enfrentarse de manera constructiva a una situación estresante para evitarse problemas futuros y así mejorar la calidad de vida.
Un ejemplo de esta situación sería la represión o el bloqueo emocional que pueda experimentar una persona, lo cual impide su normal desarrollo mental.
Para enfrentar la represión, los psicólogos desempeñan diversas técnicas de afrontamiento:
Relajación y Mindfulness
En primer lugar, se trabaja con el paciente en relajación y mindfulness. Esto para aprender a regular la respiración y observar sin juicio los propios pensamientos y sentimientos, conectando con ellos mismos aquí y ahora.
Esta técnica permite al paciente liberarse del frenético diálogo interno para prestar atención consciente a sus pensamientos, sin ser influenciado por la conducta impulsiva. La intención es:
- Identificar qué experiencias generan bloqueos y resistencia interna
- Comprender qué factores físico-psicológicos provocan este bloqueo emocional
- Descubrir alternativas para enfrentarlas más adaptativamente
Ejercicio físico
Además, se recomienda al paciente realizar actividad física como caminar o correr con un ritmo adecuado para disminuir el estrés acumulado en su interior; permitiendo así que se sienta más relajado, menos irritable o ansioso por lo que le ha sucedido.
El ejercicio también aporta beneficios como:
- Mayor estabilidad emocional
- Mejoras significativas en el ánimo general del individuo
Coaching grupal
También se recurre al coaching grupal, donde el objetivo primordial es crear espacios antropológicos personales donde los participantes comparten experiencias entre sí para dotarse mutuamente motivación y apoyo u otros tipos de orientación, dependiendo del caso.
Está basado principalmente no solo en miradas subjetivas, sino también objetivas hacia el pasado del paciente, construyendo así lazos comunicacionales respetuosos entre los participantes hacia sus respectivas opiniones ideológicas.
Herramientas cognitivas
Finalmente, hay herramientas cognitivas diseñadas para abordar la resistencia interior, como:
- Entrenamientos basados en escritura automática (Brain Writing)
- Modelado Mental
- Escribir cartas imaginarias dirigidas a personajes relevantes de su pasado o presente
Esta última, permite al paciente reflexionar sobre sus emociones guardadas dentro, buscando visualizarlas e intentando comprenderlas profundamente ante sus interacciones sociales conflictivas.
¿Cómo influyen las experiencias previas en la represión?
Como psicólogo, me he preocupado mucho por cómo las experiencias previas pueden afectar el comportamiento humano. En particular, me he centrado en la forma en que las experiencias anteriores pueden influir en la conducta de represión.
Un estudio básico de Freud y su teoría psicoanalítica, ayuda a explicar cómo podemos ver la producción de represiones a partir de experiencias anteriores. Según esta teoría, cuando las personas se encuentran con algo amenazante o doloroso, lo rechazan inconscientemente para protegerse.
Esta acción permite a los individuos lidiar con algo que es demasiado difícil para ellos procesar conscientemente. Esto lleva a un desequilibrio entre lo consciente y lo inconsciente que, según Freud, puede manifestarse como un comportamiento perturbador o distorsionado.
En líneas generales, las experiencias de vida individuales pueden tener un gran efecto en el comportamiento de represión manifestado por los individuos.
Un buen ejemplo es aquellos niños cuyos padres tienen expectativas irrealistas sobre sus logros escolares. Es muy común encontrar casos donde los niños repriman su impulso natural hacia la curiosidad y el descubrimiento creativo para satisfacer las necesidades emocionales exigidas por sus padres.
La represión de este impulso saludable dentro del niño limitará su capacidad para desarrollarse adecuadamente como individuo adulto maduro y feliz.
Naturalmente, no todas las experiencias anteriores generan necesariamente conductas reprimidas; hay casos en los que situaciones pasadas permiten al individuo expandir su autoconfianza, autoestima y madurez personal, sin impedimentos internos importantes.
Por ejemplo, si los padres dan al niño un nivel razonable de libertad para explorar sus propios intereses y motivaciones, sin restricciones artificialmente impuestas, seguramente permitirá al niño desarrollarse equilibradamente dentro del entorno adulto más tarde en la vida.
Al mismo tiempo, también compite con otros factores externos, como el tratamiento abusivo generalizado recibido durante la infancia o la marginación social experimentada más adelante en la edad adulta temprana.
Eventualmente, es fácil ver cómo una combinación equilibrada entre experiencias pasadas positivas y negativas pueden moldear el comportamiento humano notablemente.
Este hecho es evidentemente ilustrado por el hecho de que numerosas investigaciones han mostrado que las personas que no experimentaron formación académica sistemática cuando eran jóvenes, todavía eran capaces de desempeñarse igual o mejor que aquellos con educación universitaria formal después del entrenamiento adecuado (Bender & Johnson).
La idea aquí es clara: los eventos pasados por sí solos no determinan el destino inmediato del individuo; aún así continúan influyendo sobre él profundamente, mediante la manifestación directa u obvia de represiones autoimpuestas de corrientes de los mismos eventos pasados (Waegele).
¿Cómo puede el contexto social contribuir a la represión?
El contexto social puede contribuir de varias formas a la represión. En primer lugar, podemos encontrar casos en los que el contexto social es responsable directamente de la represión.
El contexto social es un ambiente, un marco de referencia dentro del cual las personas realizan sus acciones. Esto significa que si hay expectativas o reglas establecidas por el grupo dentro del cual se encuentra un individuo, entonces este individuo tiende a adherirse a ellos para evitar posibles reprimendas.
Si algunas de estas expectativas impiden que el individuo exprese sus sentimientos verdaderos o desarrolle su personalidad única, como preferir la soledad en lugar del bullicio mediático, entonces es probable que se vea sometido a algún grado de opresión interna.
Esta opresión interna se manifiesta en actitudes miedosas o evasivas hacia aquellas conductas que son consideradas inaceptables por el grupo social y pueden acabar derivando en actitudes negativas hacia sí mismo.
Además de la represión directa provocada por el contexto social, también existen otros modos indirectos en los que éste contribuye a la represión.
En muchos casos, las personas adoptan comportamientos y actitudes promovidos por su entorno cultural o religioso para adaptarse o sentirse parte del grupo al que pertenecen. Esta adaptación les proporciona un sentimiento de seguridad física y emocional, sin embargo también pueden resultar perjudiciales si dichas prácticas imponen restricciones sobre las creencias y valores intrínsecos del sujeto.
Restricciones tales como no permitir horarios irregulares para dormir durante un día determinado, limitar la cantidad de contacto interpersonal con personas fuera del grupo, e imponer límites rigurosos respecto a determinadas conductas consideradas inaceptables para las normativas actuales.
Por ende, este tipo de prácticas pueden resultar restrictivas para los individuos y acabar generando frustraciones reprimidas acerca de sus verdaderas necedades emocionales o intelectuales.
Finalmente, también hay casos en los que el contexto social influye indirectamente en el grado en que un sujeto se sienta presionado o reprimido.
Vídeo relacionado a Represión
La represión en psicoanálisis
Represión: Resumen
- La represión es un mecanismo de defensa que implica la supresión consciente de deseos, impulsos o recuerdos indeseables.
- El propósito de la represión es evitar el conflicto interno y asegurar la integridad del yo al mantener los contenidos inconscientes fuera del umbral consciente.
- Si se practica con demasiada frecuencia o durante mucho tiempo, puede provocar problemas emocionales e incluso físicos en el individuo.
- Los síntomas comunes asociados con la represión incluyen ansiedad, depresión, insomnio y estrés crónico, entre otros trastornos mentales y físicos relacionados con el estrés.
- Las terapias como la Psicoterapia Cognitiva Conductual, utilizan métodos para ayudar a las personas a comprender sus patrones de pensamiento negativos y modificarlos para controlar mejor los sentimientos reprimidos.